Pages - Menu

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Fuego.



...Imaginad por un segundo que tenéis una lista de enemigos,
con enemigos quiero decir, gente que os hace daño, que 
os impide hacer cosas, esa gente, imaginadlo de verdad,
ahora, mientras estáis leyendo esto, quiero que penséis en esa
persona, concentraos en ella, bien.
¿Estáis completamente seguros de quien es?
Os equivocáis.

Hay otra persona, una que es mucho más cercana a vosotros,
la que mejor os conoce, quizá no totalmente, porque no siempre
es así, pero si en su mayoría, esa persona sois vosotros mismos.
No hay mayor enemigo que tú, tú mismo, las personas
son efímeras al fin y al cabo, pero nuestro interior es bastante
permanente, es curioso cómo podemos dañarnos a nosotros mismos
¿No creéis?, hoy os hablo a vosotros, a vuestro propio yo.

Pensamos demasiado poco en nosotros mismos, quizá si pensemos
en nuestro falso yo, en el que le mostramos a los demás por las
diferentes circunstancias que estoy cansado de repetir, escaso
tiempo le dedicamos a nuestro preciado interior, nos olvidamos
de él, y a veces, cuando no sabemos qué nos pasa, no sabemos
diferenciar entre las dos imágenes, cuando te centras en construir
un personaje, al final te olvidas de si estás actuando o siendo tu mismo,
es entonces cuando dudas, no sabes qué deberías sentir o pensar 
en ese momento, no te conoces, te olvidas de quien eres y de donde vienes.

Es entonces cuando nos hacemos daño realmente, la decepción
es un sentimiento poderoso, decepcionarnos a nosotros mismos,
es un sentimiento insuperable, sientes que no has dado la talla,
sientes que te has mentido a ti mismo, a veces es porque odias
lo que eres, a veces porque te gustaría ser otra cosa, pero al final,
cuando pasa algo de tiempo, siempre acabas preguntándote
¿Por qué?

...No está en nuestra naturaleza conformarnos, siempre queremos
tener algo que no poseemos, pero no estoy seguro de que siempre
sepamos la razón, quizá, cuando queremos tener otra cosa, tendríamos
que preguntarnos si hay otra persona que quiere tener lo que nosotros
tenemos, quizá lo nuestro no es peor, quizá no sepamos apreciarlo.

Los prototipos son una de las peores invenciones de la humanidad,
nacemos únicos, libres y capaces, pero nos convierten en máquinas,
muñecos prácticamente idénticos que actúan exactamente de la
misma manera, todos quieren parecerse a este modelo, y no se
dan cuenta de que están destruyendo poco a poco lo bonito de 
ser humano, qué triste es ser máquina. 

Son las personas especiales, las que realmente marcan la diferencia,
personas que poseen una llama interna fuerte y brillante, y es normal
que en una noche interminable todos acudan al fuego,
todos quieren apagar la llama, les asusta, el fuego es un elemento que no
se puede controlar, al igual que el miedo, quizá si supieran que pueden
usar el fuego, no estarían siempre a oscuras. 









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Chrome Pointer