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martes, 28 de julio de 2015

¡Migro mi blog!

Hola chicos, después de tiempo pensándolo, he decidido migrar mi blog a Wordpress. Es una plataforma que me gusta mucho más aunque tardaré un tiempo en acostumbrarme, los que queráis seguir leyéndome podréis hacerlo aquí y progresivamente en https://rocketsoul.wordpress.com/ Aunque me da algo de pena al final cerraré este blog, espero que el cambio sea a mejor y que sigáis leyéndome como hasta ahora, mi intención es escribir bastante más y tomármelo un poco más en serio. Espero veros por allí, un abrazo. 

martes, 14 de julio de 2015

Títulos.



Las buenas historias no necesitan un título, no necesitan una encuadernación suave, lo que les hace falta a las buenas historias, es que sean tuyas. Eso pensé cuando te conocí. Pensé, les hace falta tener un tacto rugoso, como esas historias a las que se les ha caído la tapa, que quedan olvidadas en algún fondo de estantería para ser encontradas por un verdadero lector, de esos que no juzgan un libro por su portada. Pensé, es como poner aquella canción, ni siquiera recuerdo el nombre, no recuerdo ni quién la cantaba. Solamente recuerdo que me hacía sentir, no necesitaba título. Las buenas historias no necesitan título.

Me pregunto por qué se obsesionarán las personas tanto con los títulos, como si eso condicionara lo que fuera a pasar en la historia. Es como hacer una hoguera, necesitan tener toda la leña para poder arder, y luego simplemente se esfuman. Pero las hogueras no arden con palabras. Es lo que quise enseñarte, palabras... Son tan importantes, y a la vez tan inútiles. Cuántas palabras olvidamos al día, los sentidos en cambio... Nunca olvidarás algo que toques, algo que huelas, ni siquiera algo que veas, aunque pienses que sí. 


Quiero escribir una historia desde cualquier punto, saltarme el nombre de cada página, de cada capítulo. Ya llegarían con el tiempo. Quiero mirarte a los ojos y sentir como superas el miedo a un frío ártico sin abrigo, el miedo a abrazar un bloque de hielo. Quiero sentir que sientes. Siempre escucho hablar de fuego, llamas, pasión, sudor y lágrimas. Los momentos cálidos están bien, pero el frío tiene una manera curiosa de llenarte. Nadie habla de los escalofríos, de los labios helados y rotos acariciándose, de sentir que algo te desgarra por dentro, porque te hace sentir vulnerable e invencible al mismo tiempo, no hablan de las miradas profundas a las que les sobran palabras. 

Pero entiendo por qué no hablan de ello. 

El frío asusta, asusta no tener abrigo ni a nadie que te lo preste, asusta la idea de encariñarte del hielo y que se desvanezca en cualquier momento. A las historias rugosas pueden faltarles páginas, capítulos o incluso un final. Mi padre siempre decía, "Hijo, hay dos tipos de personas, déjalas en medio de la nada y vuelve dentro de unos años, uno habrá construido un palacio, y el otro habrá muerto la primera semana." Con estas historias pasa lo mismo, puedes enfadarte porque no conoces un final, un capítulo, incluso decepcionarte. O emocionarte, y escribir uno propio. Las personas que escriben su propia historia, asustan. 


A pesar de todo, pienso que todos cuando nos aburrimos buscamos un reto. Las hogueras dejan de llenarte, al final siempre tienes que buscar más leña para mantenerlas. Las palabras no funcionan, porque ya intentaste hacerlas arder. Al final puede que con un poco de coraje aceptes el reto del hielo, uno en el que sabes que tendrás que vivir en un lugar frío para conservarlo, o al menos es lo que piensas. 


Quizás, con un poco de suerte, te des cuenta de que al final lo que se conserva no es lo que tocas, ni lo que ves, ni siquiera lo que escribes. Es lo que sientes. Toda historia tendrá un final, solo alguien mediocre cree que alguna será para siempre. Lo que realmente importa, es lo que te hizo sentir, no cuánto duró, ni lo bonita que era su encuadernación. 


Pero qué emoción tendría decirte todo esto antes siquiera de haberte conocido, te estaría contando una historia, y mi intención siempre ha sido escribir una nueva. Vivir en una sensación agridulce, como cuando el hielo te quema. ¿Puedes imaginar lo contradictorio que suena? ¿Puedes imaginar lo contradictorios que somos? Aún no se sabe por qué algunos lobos son solitarios, ya que la mayoría de ellos pertenecen a una manada. Nadie lo ha escrito, nadie ha podido averiguarlo. 


Estábamos sentados en aquel banco, tenías frío pero no querías decírmelo, yo lo sabía, siempre lo sé. Te puse mi chaqueta sobre los hombros y mientras sonreía con tu mirada rota que buscaba esconderse en la mía pensé, serás un personaje perfecto sobre el que escribir, una página, un capítulo, quizás un libro, y aún no lo sabes. 


























jueves, 25 de junio de 2015

En tierra de lobos.

Siempre he sido muy curioso, desde que muy pequeño andaba preguntando a cada momento qué es esto, para qué es aquello, hasta que un día empecé a preguntar menos, pensaba por mi mismo, buscaba mis propias respuestas, tenía mis propias reflexiones. Los buenos consejos siempre han sido bienvenidos, y las buenas lecciones, ser independiente no implica que no se pueda aprender de otras personas, se aprende de ellas, se aprende mucho. Un día era a mi a quien hacían las preguntas, no se cómo ni cuándo pero mi tono de voz se volvió experimentado, inspiraba una cierta confianza, aunque lo que pronunciara no fuera lo que los demás querían oír. A lo largo de todo este tiempo, después de todas mis respuestas, y mis preguntas, hay algo que he aprendido a recordar. Hay cosas, que es mejor no saber, cosas que no necesitamos saber. Muchas de mis respuestas se basan en la lógica, el problema es que si eres demasiado lógico, crees que entiendes algo que no necesita ser entendido, porque es incomprensible, es ilógico, somos ilógicos. Lógicamente, vivimos en una época difícil, difícil de vivir, de querer vivir. Viéndolo de manera lógica, vivimos para trabajar y no al revés como hace años, podrías buscarle el sentido a la vida de la gente corriente  y nunca lo encontrarías, pues viven por inercia, viven porque "Hay que vivir" ¿Realmente hay que vivir?, como una obligación. 

No. La vida, es una decisión. Y pregunto, ¿Por qué hacemos las cosas? ¿Porque algún día moriremos? Todos morimos, es cierto, pero parece que aunque todo el mundo le tenga miedo a la muerte, se olvida de que ésta llega, de que llega en cualquier momento. Las personas viven convencidas de que tendrán una larga vida, de que la muerte les llegará como ancianos, de que esto que están viviendo ahora mismo, pasará, solo hay que aguantar, total, la vida es larga ¿Verdad?.


No, no lo es. La vida no es larga, ni corta, la vida es aleatoria. Puedes salir a la calle y morir de cualquier manera absurda, o vivir la más larga y agoniosa vida que te puedas imaginar, ¿Qué importa eso? Lo realmente importante es qué haces con esa vida. Pero todo el mundo tiene miedo, siempre miedo. Y el que es aún más idiota tiene esperanza. No, el tiempo no pone a nadie en su lugar, estamos solos en esto, ni karma, ni parma, horóscopos o religiones, lecturas de futuro... No. Solo nosotros. Nosotros forjamos nuestro destino, no esperes que nada ni nadie haga nada por ti,  tú decides si quieres ser el cazador o la presa. 


Unas personas dijeron una vez. ¿Qué es el poder? y la gente les miraba confusa, pensaban en dinero y armas, mansiones y tierras. Rieron y respondieron. "Poder, es decidir sobre ti mismo, poder, es decidir quién quieres ser, y nadie puede quitarte ese poder". Las personas de este lado del mundo, han olvidado que son libres, y que muchas personas antes que ellas murieron por esa libertad. "No puedo coger e irme ahora mismo al otro lado del mundo, no tengo dinero, pensarás." Y he aquí la diferencia entre libertad, y libertinaje. Eres libre de perseguir ese objetivo, el cual requiere una serie de objetivos para cumplirse, nadie te lo impedirá. No se trata de que puedas hacer lo que quieras en cualquier momento, no se trata de ser dios, es solo una excusa barata. Puedes hacer lo que quieras de ti, y contigo, pero requiere coraje y determinación. 


Puedes irte a una aldea perdida de la mano de dios, pero te arriesgas a vivir una vida corta, y aquí está el gran error. ¿Aquí vivirás una larga? Preferimos vivir vidas "seguras" pero vacías, que vidas arriesgadas pero que nos llenen de verdad y la pregunta real es. ¿Merece la pena?. 


Poder. El poder, es no necesitar nada. Cuantas más cosas necesites, más débil eres, más cosas podrán ser usadas en tu contra, y de más cosas dependerás, necesitarás trabajar cada día más duro para mantener todas las piedras que arrastras, pero ¿Merece la pena?.


Quizás si para algunos, pero no para mi. Elegí ser un cazador, quizás estaba predispuesto a ello, pero decidí escoger ese camino. La mayor parte de las veces el azar nos predispone a un camino que no queremos recorrer, muchas veces ese azar es nuestra propia familia. La vida es corta, y demasiado incierta como  para malgastar un solo segundo de mi vida en algo que no quiero hacer. Y no se trata de pensar que todo será un camino de rosas, quítatelo de la cabeza. Hay caminos que requieren de mucha habilidad, esfuerzo, pero sobre todo sacrificio para ser recorridos, el caso no es elegir el camino, si no llegar hasta él. Elegí vivir en tierra de lobos, y los lobos son guerreros por naturaleza, no dudan en enfrentarse a alguien más fuerte que ellos para ser un líder. Aunque ese alguien sea la vida misma, a veces deciden recorrerla en solitario, algo dentro de ellos les empuja a recorrer un camino incierto, simplemente saben que es el correcto. No les importa arriesgarse, son lobos que nunca han estado a gusto en ninguna manada, buscan, algo más. La vida de la oveja es más sencilla, solamente tienen que seguir a su rebaño, y este a su pastor, de todas maneras qué importa, son tan estúpidas que ni siquiera sabrían decir si el camino es el indicado, lo dejan en manos de otros, renuncian a su poder, renuncian a decidir sobre sí mismas. 


Seres profundos los lobos. El día que conozcáis a alguno, sentiréis una sensación extraña dentro de vosotros, no os asustéis... o sí, pues los lobos tienen poder. 


























miércoles, 29 de abril de 2015

Carta a la adolescencia.







Siempre que me hablan de ti me dicen lo mismo. "Son los mejores años de tu vida". Quizás. No he estado en todos los años de mi vida, pero, hay cosas que no me cuentan. 

Eres el paso que damos para dejar de ser en niños.. convertirnos en adultos. El paso que damos para ser prácticamente lo que seremos el resto de nuestra vida. ¿Y qué pasa con los que se caen?, con los que corren demasiado, con los que no ven el camino, con los que solo ven piedras en él, o con los que tienen que saltar un charco y no tienen la fuerza suficiente, ¿Cómo dan ese paso? 

Hay cosas que no nos cuentan, y cuando ya estás cubierto de mierda hasta las rodillas no sabes qué calle te saltaste para meterte ahí. Nos dicen que hay que disfrutar, vivir la vida, sin embargo, al mismo tiempo estamos decidiendo qué vamos a ser en esa vida, y la mayoría de las veces no tenemos el apoyo de quien deberíamos tener, solo gritos por un lado, y palos por otro. 

Si, es cierto, es una época complicada. Pero qué coño, no se trata de eso, la vida es complicada, y siempre habrá momentos en los que estés cubierto de mierda, vivimos rodeados de mierda, simplemente a veces nos desborda y llenamos de mierda también a los demás. Pero sabes, al final siempre acaba lloviendo y podemos continuar acumulando más mierda. Si no eres capaz de sobrellevar los problemas ahora que se esfuman, nunca lo serás.

Siempre es momento de vivir la vida, la diferencia es que los impulsos no se pueden cumplir de la misma manera, tendrás unas ataduras, unas responsabilidades. Eres la mejor época para equivocarse, para encontrarse, para forjar algo parecido a una personalidad, y la mayor parte del tiempo la desperdiciamos pensando en cosas absurdas que no nos van a traer nada.

Es una época de no coger anclas. De cambiar de idea cada cinco minutos, de sentirte de mil maneras diferentes al mismo tiempo. Vivir es complicado, pero y lo que llena sentirse vivo. 

Lo que si sé, es que los años pasan muy rápido, y estos años tienen algo especial, ya sabes lo que dicen "si algo es bueno y breve, es dos veces bueno" Así que supongo que este momento tiene que ser muy bueno. Espero no equivocarme demasiado, no atarme a cosas absurdas, porque cada cosa tiene su momento. Más adelante puedes intentar vivir como un adolescente, pero... no es lo mismo.

Todo tiene sus cosas malas, pero quiero aprovechar este momento, no quiero preocuparme por cosas que no tienen importancia, meter complejos a mi personalidad yo solo, cuando a nadie le importa. Quiero aprovechar esta etapa, en la que puedo aguantar lo que sea, en la que mis actos tienen muchas menos consecuencias, quiero perderme en ti como se pierde uno en la ciudad, es como mejor se encuentran los sitios que te marcan. 

Quiero estar en cada rincón de mi personalidad porque cuanto más me pierdo más me gusta, quiero no encontrarme, porque la vida no conduce a ningún sitio. 








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lunes, 27 de abril de 2015

Carta a una ex.





Sería increíble estar escribiéndote esto desde la otra punta del bar en el que todo empezó, con una cerveza en la mano y tu sonrisa dando tumbos por mis ganas de no quererte. En qué momento decidiste dejar de romper mis esquemas para escribir aburridos diálogos, en qué momento dejé de tocar el piano en tus costillas, dejé de acariciar tu erizada piel y lo cambié por contarte mis problemas. Odio los "Para siempre", siempre los he odiado, si algo dura para siempre por qué íbamos a darle al gas para sentir la velocidad y caernos por el precipicio.  Maldita sea, lo más divertido era cuando nos enfadábamos por no saber querernos. 

Cuando solo eramos sexo, tan intensos... tan efímeros. Nos atraíamos como lo hacen los polos magnéticos opuestos. En qué momento decidimos volvernos sin carga, simples y aburridos para que pudiéramos estar estáticos, a gusto, acostumbrados. Sin que una carga nos atrajera inevitablemente. En qué momento dejó de ser sexo y empezó a ser amor, la primera causa del desamor. 

Cuántas veces hemos pasado del enfado a la risa, de la risa a la locura. Pero todo se volvió costumbre. Cuándo decidimos meternos en salas oscuras embobados en pantallas durante horas, si lo mejor era verte, y verte bien. Cuándo cambiamos las heridas en la espalda por los abrazos desde la cintura. 

Ahora te escribo desde un bar diferente, y es otra sonrisa la que tengo clavada en mis ojos, y no puedo evitar preguntarme en qué momento se fue todo a la mierda, en qué momento decidí dejar de devolverte esa mirada para mirar alrededor, en qué momento te volviste menos interesante, en qué momento decidí cambiar mis canciones de rock y mi sonrisa provocativa por las series y las caricias en tu pelo. No me importa que destruyéramos lo que teníamos, ni me importa donde coño estés, solo quería decirte, que no cambies tu carga. 

PD: Tus canciones eran horribles. 








domingo, 26 de abril de 2015

Carta a mi pasado.



Me gustaría empezar diciendo que te echo de menos, como aquellas cartas de las películas que te hacen sentir como si estuvieras en una nube de ilusión, polvo que se consume, pero no es cierto. 

Manchas de tinta es lo único que queda en las cartas de mi baraja que ya usé, dibujando la silueta de lo que se supone que debería haber aprendido ya. Qué somos si no talentos desaprovechados buscando encontrarse, el tiempo te ha dado la razón, pero ambos sabemos que el viaje ha sido divertido. Eres todas las personas que he conocido y que han desaparecido a lo largo de mi vida, todos los momentos que no disfruté lo suficiente. Sentir que no lo estás haciendo lo suficientemente bien. Hay tiempo solías decir, pero qué es el tiempo si no un aliciente que nos hace actuar o no. Cuánto tiempo ha pasado desde que tú eres lo que eres, y yo soy lo que soy. Si hay algo que me gusta preguntarme es cómo he llegado hasta aquí, es lo que más me ayuda a saber a dónde voy. Tantas palabras desacertadas, sentimientos que te llevan a extremos donde nunca pensaste que podrías llegar a estar, decisiones acertadas que creías un error. Lo interesante del tiempo es que puede darte respuestas que te cambien para siempre, actos que decidiste sin tener claras muchas cosas, simplemente porque era lo que sentías, lo que creías, aún cuando todo el mundo estaba en tu contra. 

Sabes, lo he pensado mucho y, no cambiaría absolutamente nada de ti porque me destruiría a mi mismo, me gusta lo que soy, y es gracias a ti. Quien sabe cómo sería si te cambiara, si cambiara todas esas cosas que no entendí, que creí sin fundamento, que creí no merecer. No cambiaría ninguna de las lagrimas derrochadas, ninguna de las heridas pronunciadas. Amo cada una de mis cicatrices, sobre todo las que no pueden verse. 

Todas esas veces en las que sentí que el alma se me fragmentaba en mil pedazos, todas esas veces en las que tuve que gritar de madrugada y sentía que me quedaba sin aliento porque me podría por dentro como las flores en invierno. Esa canción que tuve que escuchar tantas veces como días durara mi estado sentimental. Me miro a mi mismo en mis peores momentos y extrañamente es una sonrisa lo que se marca en mi rostro, es curioso como los momentos más duros nos enseñan las lecciones más valiosas. Aprendí a valorar esos momentos, porque cuando realmente estás mal es cuando empiezas a ver el resto de problemas como algo insignificante, es lo que llaman hacerse más fuerte. Recuerdo mirarme al espejo y pensar, ¿Me acordaré de lo que soy ahora, cuando ya no lo sea?. Ahora respondo a tu pregunta, creo que es un momento acertado. ¿Cuál no lo es?. Me acuerdo de ti, me acuerdo de lo que eras, y ahora veo en lo que te has convertido.

PD: Gracias. 



domingo, 5 de abril de 2015

Pólvora.

Los poetas escriben mejor con el corazón roto, me dije una vez, y es cierto, llamémoslo anhelo. Pero yo no soy un poeta, me dije después.

Quizás sí escribamos mejor con el corazón roto, o quizás lo que pasa es que el dolor inspira, porque es un sentimiento que llena muy rápido, todos y cada uno de los huecos de nuestro ser. Porque nunca aprendemos cómo pararlo, quizás no sea un corazón roto el que escribe, si no un corazón lleno. Es siempre esa doble perspectiva de la realidad, podemos verlo como las lágrimas que salen de nuestra desgracia, o como la inspiración que sale de nuestra plenitud. Llena, y llena rápido. El amor es un sentimiento fuerte, pero nunca va solo, ¿Verdad?. Hay otro que siempre le acompaña, el miedo. Compiten por llenar los huecos, y generan conflictos en nuestra personalidad que no podemos explicar. Porque somos estúpidos. 

El dolor en cambio, es valiente, se enfrenta totalmente solo a la batalla contra nosotros mismos, el solo nos gana, nos llena. 

¿No es el dolor inevitable? ¿No lo es el amor? Entonces, si es algo inevitable, ¿Por qué podemos controlarlo aunque sea inconscientemente? Con nuestros miedos, nuestras inseguridades. Si son mas fuertes que nuestro amor, éste acaba. ¿Pero no son nuestros miedos creados por nosotros mismos? Así es, nosotros creamos a nuestros enemigos, nosotros somos nuestro enemigo. Los sentimientos, si son inevitables, como lo es el transcurso de la vida, pero querido lector. No se trata de controlar la vida, si no de elegir el modo en el que nos enfrentamos a ella. Los sentimientos, ocurren, como ocurre la vida, se trata de cómo los afrontamos, no podemos elegir parar el tiempo, pero sí qué hacer con el que tenemos. La vida se mueve, la vida ocurre. Algunas personas tan solo necesitan descubrir cómo encender su llama, descubrir que son mucho más fuertes de lo que pensaban, pero nunca lo harán si se quedan de brazos cruzados, y si no quieres hacerlo aunque leas mil textos como este seguirás sin avanzar. No hay una fórmula secreta que te arregle la vida en cinco minutos, ni la hay para que seas indestructible en dos, es algo que tienes que encontrar tú mismo, si de verdad lo deseas. Somos pólvora, tan solo necesitamos encontrar la chispa.



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